Zona del Silencio, Coahuila, México

Zona del Silencio, Coahuila, México
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Aunque esta foto no dice mucho por sí misma: hay una moto de pie en tierra árida y plantas duras con espinas, algo de nubes que dan algo de sombra pero ningún arbolito que una pueda refugiarse del sol.

¿Qué me pasó en la zona? Comí bien, me hidraté bien a eso de las 11 de la mañana en Providencia, y por sugerencia del gps ranchero me metí ahí mero a la zona, para atravesar, inicié a las 12 hora, sin embargo, cuando ya llevaba la hora, me encuentro a una pareja de señores que está dejándole de comer a animales, me acerco a ellos y me dicen: va encontrar muchas puertas con candados que le va costar pasarlas, el calor está muy fuerte en eta época de verano, hoy hacen como 38 grados aquí. Les comento mi plan y la señora me dice “ que dios le ayude a encontrar el camino”.

Me voy y encuentro la primera puerta que logro pasar por un costado, medio brincando con ayuda de unas piedras, logré librar la hilera de cinco puas prácticamente sin tensión. Le sigo y encuentro un camino con dos huellas de troca, lo sigo. A la hora de darle, el camino se había terminado en el lecho de un río seco con piedra redonda. Había marcado un cruce antes y me voy para allá, lo agarro. Luego de darle como casi dos horas, me vuelve a pasar lo mismo, pierdo la huella de troca y me meto a un río seco con piedra redonda y arena. Aquí la moto caliente caliente, empieza el cluch a ponerse chicloso y yo siento que a la altura de los hombros y pectorales, me empiezo a poner chicloso también, bofeado de esta parte del cuerpo. Había marcado otro cruce y me regreso a él, aquí encontré un huizache mediano de sombra y me detengo.

Cuelgo el casco en el manillar, veo gasolina, estoy a 60%, del tanque, es decir no es problema. Agua, me queda un litro dentro de la bolsa del equipaje y en el camel calculo que 1 litro. Me descanso, ya son las 16:30 de la tarde y no he llegado a ninguna parte, no encuentro el camino franco, camino que una puntos. El calor esta cabrón, sudo y sudo y mi chamarrita no ayuda nada, veo espinas en las llantas, pero tienen aire. Descansa la moto, me tranquilizo y tomo la decisión de salir de la zona. Huelo a humo, y me dirijo en dirección al humo.

A las 17, 17:30 horas me encuentro al amigo que me da dirección para salirme de la zona, y le doy. Ya lo chicloso de mi cuerpo también eran los chamorros y me sentía complemente mojado, agua que tomo, agua que pierdo. Le di en la dirección del chapopote, dos horas, iba buscando las zonas altas para no volver a meterme a los ríos secos, por lo que tuve que escalar un poco, cada escalada, ya sentía que me quedaba ahí. A las 19:30-20 horas encuentro una terracería con huell de troca, le doy y me saca a una brecha más ancha y rápida. Me paro en la moto y le doy velocidad para ventilarme, ya no traía agua en el camel.

A las 20:30-21 horas llego entre Rancho Santa María y Rancho Porvenir, veo un techo, no veo gente y me voy a instalar, ya no podía más, y me urgía sacarme las botas para lo que venía, si eran calambres en los chamorros, que vinieran, ya no podía sentirme más débil.

¿Todo fue un error? No lo sé. Hice caso de mi intuición.

¿Debí hacer caso a la ruta que traía? Puede ser, generalmente lo hago, pero como era mucho el calor, quise creer en los señores que me orientaron.

Lo bueno es que el Señor Ismael, en el techito que me acomodé por la tarde-noche, me recibió como un campeón, como un héroe, y me comentó que los amigos de Providencia me había perjudicado, ¿será que sí? Ya lo sabremos para el tercer y último intento en conocer la Zona del Silencio en México.

Saludos a la raza, Rodrigo


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