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Mostrando entradas de 2016

La Baja 1000.

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Ya serán 5 años de vivir este viaje que repienso y pienso como de esos que te cambia la percepción. Dormir la primera noche en la brecha que inicia la Baja 1000, en Ojos Negros, de ir de noche y darse cuenta que oscurecía a las 17:30, que los militares de revisaban completido, que los carro estaban en prerun a 200 por hora en sentido opuesto, que la noche del desierto te recibe con -10, son 2 horas en que la percepción se te altera, cambia, todo es sorpresa. Ojos Negros, San Luis Gonzaga, fue un oasis que me dejó buen sabor al entender que la raza que está viendo pasar la carrera no tiene más que hacer que ver las motos y los carros pasar. Todas las preguntas que vienen de que no tendrán más que... las entiendo hoy como el saber vivir la vida. Ver pasar las tres primeras motos y los tres primeros Trophys fue entender que estaba disfrutando como un niño sin saber qué, esa mezcla de sentires y adrenalinas y los que están allá y... la sobrevivencia fueron mis aliadas en esa vueltita

Una vueltita por el norte

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Una vueltita por los terruños del Pato Loco El jueves 4 de agosto fui donde con el Tequilero y el Titodezert a cambiarle aceite y filtro a la Pitufina, lavamos la cadena, la tensamos y le puse unos ganchos para poder amarrar bien la bolsa del equipaje. Con la bendición del Manuel y el Tito, asimilando las recomendaciones de la vueltita pal norte, me fui a terminar los últimos pendientes para salir el viernes 5 de agosto a primera hora. Viernes 5 de agosto 9:00 horas, moto con equipaje y piloto listo para darle por la libre hasta Ojuelos, Jalisco límite con Aguascalientes, treparme a la brecha y darle hasta Estación catorce, San Luis Potosí. Sol, runrunear del motor, viento, a gusto, disfruté todo, todo. Hace ya 8 meses que no hacía un viaje largo, de al menos una semana. Entrando rápido a la presa Gertrudis, cerca del valle de las Margaritas, veo sobre la huella peyotes, al querer hacerles el quite para no pisarlo, fue que muerdo con un piedronón la cámara delantera y ahí, a eso de las

III. A Conocer el mar ártico: Alaska

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III. A Conocer el mar ártico: Alaska Les confieso que mientras dibujaba la ruta en la computadora, imaginé como era Calgary y Edmonton, pero siempre pensé que eran ciudades exageradamente lejos e inalcanzables. Les confieso que no tenía idea cómo sería Alaska Highway, sin embargo, pisar esta carretera interminable, me había puesto como misión hacerlo a velocidad máxima de 90 kmxhr por el tema de abastecimiento de gasolina y tratar de ser constante y estar muy revivo para no perderme ningún detalle, cuidar de los camioneros y había leído de tener cuidado con los animales que te brincan en la carreretera… para pisar Alaska tenía por delante unos 2500 kilómetros. No había descubierto en internet grandes atractivos en el camino de la Alaska Highway, no habían grandes ciudades en el camino, entonces mi decisión fue concentrarme en ir avanzando con calma pero constante con la idea de ir cuidando la moto, porque saliendo de Edmonton ya no había regreso, sería ya Alaska quien me daría chance